Bendice al Señor, alma mía,
que todo mi ser bendiga su santo nombre.
Bendice al Señor, alma mía
y no te olvides de sus beneficios.
Él perdona tus pecados
y cura tus enfermedades,
él rescata tu vida del sepulcro
y te colma de amor y de ternura.
El Señor es compasivo y misericordioso,
lento para enojarse y generoso para perdonar.
No nos trata como merecen nuestras culpas,
ni nos paga según nuestros pecados.
(Del Salmo 102)
que todo mi ser bendiga su santo nombre.
Bendice al Señor, alma mía
y no te olvides de sus beneficios.
Él perdona tus pecados
y cura tus enfermedades,
él rescata tu vida del sepulcro
y te colma de amor y de ternura.
El Señor es compasivo y misericordioso,
lento para enojarse y generoso para perdonar.
No nos trata como merecen nuestras culpas,
ni nos paga según nuestros pecados.
(Del Salmo 102)